Tengo una amiga genial!!!! Cada vez que vamos a tomar algo, cuando nos sirven el café, mira al camarero y con una sonrisa de oreja a oreja le dice:
Gracias!!! Muy amable!!!!
Esta es su frase!!!!. Cada vez que alguien le atiende, ella responde de la misma manera!!!!
Al verla es fácil darse cuenta de que en general somos poco agradecidos.
Os habéis fijado en lo que pasa cuando le dais un caramelo a un niño pequeño? Generalmente la madre, el padre o el adulto que le acompaña dice:
– Que se dice?
Y el niño responde: Gracias!!!
Me reconozco a mi misma en esa situación cuando mis hijos eran pequeños!!!!
Aunque muchas veces he dudado de la eficacia de éste método… con lo insistentes que en general somos los padres, nuestros hijos deberían dar las gracias por todo!!!
No sé si la respuesta del niño es meramente una respuesta automática o realmente es una respuesta por lo agradecido que se siente… En fin, dejaré las elucubraciones sobre el tema, ahora no vienen al caso.
Hoy quiero revisar los efectos que tiene en nosotros la gratitud.
Pero quiero comenzar recordando aquello que os he comentado más de una vez… los humanos somos unas extrañas criaturas:
Cuanto más sencillo es lo que se nos propone para mejorar nuestro estado de ánimo, más difícil es que lo hagamos; en cambio cuanto más complejo, rebuscado o incluso caro es lo que se nos propone menos nos cuesta seguir las pautas!!!!
Las personas agradecidas:
– Son más felices
– Son más optimistas
– Están protegidas de emociones negativas
– Están menos irascibles
– Sienten menos preocupaciones
– Son más amables
– Tienen más energía
– Caen mejor a la gente
– Sufren menos ansiedad
– Son más empáticos
– Tienen un buen estado de ánimo
– Incluso tienen niveles de colesterol mas bajos!!!!
En fin, ser agradecido, además de ser gratuito, tiene un montón de ventanjas!!!!
En el tratado que clasifica las fortalezas de carácter, Chris Peterson y Martin Seligman ubican a la gratitud dentro de la virtudes trascendentes, que son las que nos conectan con los otros seres humanos .
El Dr. Mario Alonso Puig nos explica que hoy en día sabemos que cuando tenemos un gesto positivo hacia otra persona comienzan a elevarse nuestros niveles de oxitocina, esta hormona lo primero que hace es bajar de manera automática nuestros niveles de ansiedad y por otro lado es uno de los mejores protectores del corazón y baja los niveles de colesterol.
Uno de los referentes en el estudio de la gratitudes es Robert Emmons, que junto con Mc Cullough llevo a cabo un estudio del que se concluyó que las personas a las que se les hacia escribir cada día al menos cinco cosas por las que se sintieran agradecidas, desarrollaron mayor capacidad para apreciar su propia vida, experimentaron mayores niveles de bienestar personal y emociones positivas, se sentían más felices, eran más asertivos y optimistas, se mostraron más generosos, sentían más ganas de hacer ejercicio y también tuvieron menos síntomas de enfermedades.
Pero una vez sabemos todo esto, ¿ porqué no somos más agradecidos? Debemos tener en cuenta que nuestro cuerpo está diseñado para prevenir el dolor, así estaremos especialmente atentos a los peligros, los problemas o las amenazas y tenderemos a prestar menos atención a lo bueno que nos sucede. Es una cuestión de pura supervivencia!!! Es por esto que para mejorar todos estos aspectos tenemos que hacer un esfuerzo extra y luchar contra esta tendencia natural.
Como ejercicio para hoy, no se me ocurre nada mejor que hacerme eco de una de las recomendaciones que hace el prestigioso Rojas Marcos: el día que te sientas un tanto desanimado, coje un papel y escribe 20 cosas que tengas en la vida para estar agradecido. No es un ejercicio fácil ni rápido pero el resultado es fantástico. Ánimo!!!